lunes, 6 de marzo de 2017

LLANTO Y UTILIDAD

Cuántas veces habré llorado a escondidas sin saber que Dios me estaba haciendo un favor, sin entender que lo ocurrido no era el fin del mundo, sino el principio de algo mejor. Porque existir es reiniciarse una y otra vez, es cerrar una ventana para abrir una puerta mientras nos secamos las lágrimas por quien nunca las mereció.
Einstein solía decir que si había algo de lo que estaba agradecido, era a todas aquellas personas que a lo largo de su vida le habían dicho “no”. Cada una de las desilusiones sufridas por quienes se negaron a ayudarle en su momento, le permitieron más tarde encontrar ese motivante con el cual, aprender a hacer las cosas por sí solo. A ser más fuerte.
Dios nos pone pruebas en la vida para hacernos mejores, pasaremos por baches, problemas, crisis... pero saldremos de ellas victoriosos si depositamos nuestra fe en Dios.

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