ORATORIA Y FAROS DE MENORCA

Quiero hablaros de Menorca. Es la isla de los 5 faros. Un comunicador q no conectaba con su auditorio, acudió a un antiguo profesor, q le recomendó  ir a la isla y que observara los 5 datos de la isla, q en ellos encontraría las 5 claves del éxito para una exitosa comunicación. Y allí q se fue.
     En el primero (Favaritx) se sentó ante el, y después de mirar y mirar, pensando q hacia el ridículo mirando, observó la secuencia de la luz q emitía. Calculó q eran 3000 veces durante la noche. Siempre la misma luz. Dedujo q el faro mandaba un incansable único mensaje a los navegantes. Un mensaje ha de tener UNA ÚNICA GRAN IDEA q recorra toda la presentación. Dispersar las ideas solo confunde al público. Pablo reflejó  esto mismo en sus cartas a los romanos y Corintios cuando dijo.... " no quise hablar nada sino sólo de Cristo y de éste crucificado.
     Fue al segundo faro (Artrutx) y desde una barça en el mar, observó. Al caer la noche. El faro iluminaba, pero también las casas de detrás. Pero la del faro iluminaba Más, destacaba sobre las otras. Emitía una luz diferente. Un mensaje debe emitir ese tipo de luz diferente, sino sólo son datos. Y esto lo hace a través de las historias, puesto q estas se fijan en la mente. Jesús usó  esta idea; la distancia más corta entre un hombre y la verdad es un cuento, Jesús lo llamó, parábolas. Es una luz q quedó  fijada en las mentes de sus oyentes.
     El tercer faro ( Punta Nati) le enseñó  otra gran verdad. Se alejó en el mar para observarlo. Cada 20 segundos parpadeaba 4 veces. No entendía su mensaje, pero las barcas y veleros q le rodeaban, si lo entendieron. El faro emitía un mensaje q compartía con sus interlocutores y los conectaba fácilmente. Aquí el emisor ha de saber estar a la altura, y el receptor, también. En este caso hay q usar un lenguaje q conecte con la gente. Un lenguaje q pueda hacer sentir a la gente que sólo era para ellos.
    El cuarto faro de la isla es el de Cavalleria. Nuestro comunicador decidió observar el faro, pero desde dentro. Entró  por una puerta y miró hacia arriba. Vio q había una luz estatica muy potente, y un juego de lentes que giraba. Pensó ¿quien puede descifrar esa luz? Los barcos. Cavalleria le enseñó  QUE EL MENSAJE QUE VALE ES EL QUE SE RECIBE NO EL QUE SE EMITE. Se puede tener la percepción de q has dado un fantástico y muy trabajado mensaje, pero al sondear al auditorio, comprobar que no se ha entendido, no ha calado. ¿ por qué? Por varias razones. Sólo destaco alguna. No transmitir con sentimiento. No hablo de espectáculo, sino de dotar a la comunicación el sentimiento q le debe acompañar. Transmitimos lo q sentimos. Mirar a los ojos es fundamental, por q los ojos son un buen feedback. En muchas ocasiones Jesús, después de haber enseñado a las multitudes, les preguntó a sus discípulos ¿ qué pensaban ellos de lo que se había dicho? .... ¿que dice la gente de mi? ... ¿ y vosotros? Hay q estar atento a las reacciones de la gente.
     Por último fue al faro de la illa de l'aire. Se alejó un poco para poder observarlo. En el mar las olas y el viento azotaban su pequeña barca, de tal manera que tenía q corregir su posición constantemente por que era arrastrado por el oleaje. Tenía q gobernar el barco para ir hacia el faro. El faro no se movia, él si. El faro le proporcionaba información, pero él tuvo q tomar sus propias decisiones. Los faros solo dicen quiénes son y donde están. Anuncian su presencia pero no coaccionan a nadie. Mandan una invitación a acercarse sin ningún tipo de coacción. Comunicar no es arrastrar ni empujar, es invitar. Creo que está fórmula se sintetiza en la expresión de Jesús.. .." si alguno......."
Resumo las enseñanzas q encontró en los 5 faros de menorca:
1) la necesidad de tener un gran mensaje, con una única y gran idea q recorra toda la presentación.
2) hacerlo memorable a través de las historias ( ejemplos, parábolas, ilustraciones etc)
3) utilizar un lenguaje q conecte con la gente.
4) estar pendiente de lo q la gente capta, no sólo de lo q quiero decir.
5) estar convencido e invitar en vez de intentar convencer.